SpaceX lanzó el día de ayer un nuevo prototipo de la línea Starship, el SN10, que llevaba un vuelo perfecto hasta que explotó minutos después de su aterrizaje.
El evento se llevó acabo en Boca Chica, Texas. La nave alcanzó una altura de 10 km y luego cayó en descenso para realizar una maniobra de posicionamiento con sus propulsores y aterrizar en su propia base.
Todo iba muy bien, hasta que unos minutos después la nave explotó de manera inmediata mientras estaba posicionada en plataforma, posiblemente debido a una fuga.
Salen a la luz preguntas como: ¿qué pasó?, ¿que salió mal? y hay algunas cosas a considerar.
Por lo que se puede ver, la base en Boca Chica no es que tenga gran cosa en infraestructura; está ubicada en una vía pública que se cierra cuando se llevan a cabo las pruebas y cualquiera puede realizar tomas de foto o video, por ende no parece haber mucha rigurosidad en cuanto al desarrollo de los prototipos.
Otro aspecto es que Elon Musk maneja una estrategia que permita el desarrollo rápido y repetitivo de los prototipos. Esto significa que a medida que de fabrican y ensamblan las naves, se realizan cambios a las mismas en vez de dar marcha a atrás para revisar las posibles fallas antes de continuar.
Seguramente el próximo paso sea realizar el lanzamiento nuevamente, pero tomando más altura y ver cómo se comporta el prototipo para poder seguir lanzando más satélites para el servicio de Starlink, aunque siga siendo polémico la invasión del espacio, como patrimonio de todos, el cual ha sido defendido por los astrónomos.